Diario de una vida en gris

miércoles, 18 de julio de 2012

Lo mismo, otra vez....

Martín se convirtió a partir de ahí en alguién en quién confiar, alguién diferente a mis amigos los rockeros, tenía ese encanto de chico bien portado, no era guapo, pero con el tiempo a mi me parecía que su sonrisa iluminaba el cielo cuando reíamos a carcajadas por cualquier tontería, pueden imaginar que al paso de los meses, terminé completamente enamorada de él... 

Con el tiempo fuimos involucrando en nuestro círculo de dos a nuestros amigos, nuestras familias... por supuesto el me presentó a sus amigos Ame y Carlos, y resultó que todos ellos eran vecinos de mi prima Coco, por lo cual, ahí comenzamos a formar un buen grupo de amigos, yo integré a mi prima Alma y ese grupo, aunado al que ya tenía con Andrés, Jorge y Gabriel, fueron los que me acompañaron hasta terminar mis estudios en la prepa...

Pero esperen, me fuí demasiado rápido... falta por contarles que aquí el fantasma de lo que me había pasado con Oscar en la secundaria,volvió a aparecer... yo enamorada de Martín y si... él enamorado de mi prima Alma.

Me di cuenta de ello, el día de mi cumpleaños, hicimos una reunión en mi casa, nada muy elaborado, pero  ustedes saben que aunque prácticamente éramos los mismos que todos los días andabamos en la escuela, el ambiente, la música, la noche... todo hizo que él se animara a hablar con mi prima, a pedirle que bailara con el, y bueno, lo demás lo puedes imaginar... yo presencié todo esto con mi cara de "estoy feliz en mi fiesta" , cara que fuí perfeccionando con el paso de los años.Mi prima sabía lo que yo sentía por Martín, y saben? ahora que lo pienso, creo que mi prima también llegó a sentir algo por él, pero, por respeto a mi, nunca dijo nada, no hizo nada y, si en realidad dejó de lado sus sentimientos por él para no herirme, fué un gesto que hasta ahora estoy descubriendo y valorando, nunca hablamos de ello, por supuesto que ella se enteró que el quería andar con ella, pero nunca hizo un comentario al respecto, y en esos tiempos cuando crees que la vida es eterna y que vas a ser forever young, las dos tontas prometimos que no tendríamos novios hasta los 17 años, si claro! como si yo fuera a tener alguien que me lo propusiera.

Yo veía como todas se arreglaban, como se comenzaban a poner un poquito de labial, a hacerse peinados diferentes, ah! porque déjame decirte que por alguna razón, yo tuve el pelo largo y rubio hasta 4o. de primaria, bueno, no que digas tu que era así como la rubia superior, pero si era un color de pelo muy claro, tengo hasta la fecha el pelo ondulado, y mi mamá lo redujo al mínimo cuando yo tenía 9 años, a partir de ahi, mi pelo fué corto, muy corto, de los 9 a los 11 años no sentí nada raro por traer el pelo así pues era yo super flaquita, pero cuando se vino el BING BANG y empecé a parecerme a Shamu, el pelo si comenzó a ser un problema, sin nada que pudiera cubrir mis rollizos cachetes, a lo mucho cuando me daban ganas de " hacerme algo en el pelo" era que me ponía una simbólica cuca, si sabes que eran verdad? esos pequeños brochecitos que en los 80's venían de colores o con alguna figurita sobrepuesta... esos eran mis cambios de look, como ves?

Yo quería dejarme crecer el pelo, pero temía la misma respuesta de mi madre cuando le dije que quería ponerme a dieta... y así seguía creciendo yo... atrapada en mis verguenzas, en las burlas de mi familia... en la insensibilidad de mi madre ante mis sentimientos... y ante el rechazo del genero masculino en general, cosa que me orilló a pasar de intentar llamar su atención, a convertirme siempre en la mejor amiga de ellos.






miércoles, 11 de junio de 2008

Un paso más

Mi primer día en la prepa fue todo un relajo porque tenía que tomar un camión para llegar a la escuela y en mi vida me había subido sola a uno, nunca andaba sola en la calle, de hecho no andaba nunca en la calle, me la pasaba en casa encerrada leyendo y viendo la televisión o escuchando algo de música.. y bueno no sabía como llegar, ni que camión tomar, nada... ven porque tuve dificultades el día de mi inscripción?

Un vecino (Luis) resultó asignado a la misma prepa que yo, y desde el día que me enteré, le pedí que me avisara cuando se fuera para irme con él, nunca he sido de tener mucho miedo a esas cuestiones, así que en el primer día de clases, el asunto de ir y venir quedo solucionado..

Llegué a la prepa, busqué caras conocidas y cuando los resultados fueron infructuosos, terminé por aceptar que sólo Luis mi vecino, había tocado ahí de todos los que estábamos en la secu..

El primer día de clases conocí a dos chicas que eran primas entre sí, me cayeron super bien e inmediatamente formamos el consabido grupito que te da una sensación de seguridad y pertenencia en los lugares nuevos..

Con el tiempo descubrí que Alma y Coco, eran también mis primas!! bueno en realidad ellas eran primas hermanas y venían a ser una especia de tías para mi, pues sus padres que eran hermanos, eran primos hermanos pero de mi abuelita, pero quitando ese pequeño detalle, siempre decíamos que eramos primas las tres y bueno parientas si éramos , el haberlas encontrado fue algo que me dio algo de tranquilidad, no así el hecho de que a mis primas no les gustaba lo mismo que a mi, yo me salía de clases en todas aquellas en donde el asunto estuviera de flojera ya fuera filosofía, problemas económicos y sociales y clases por el estilo.. ellas simplemente adoraban esas clases..

En las clases de física, matemáticas y química yo me sentía como pez en el agua, eran para mi las clases a las que en verdad iba, las demás tomaba tal vez una clase de tres y no se necesitaba mas de eso para aprobar los exámenes.. cabe mencionar que en primer semestre yo sólo compartía el salón con mi prima Alma, Coco llegaba un en ratos a juntarse con nosotras pues le había tocado en un salón algo retirado. Fue un buen semestre y sin problemas mis primas y yo seguimos avanzando en nuestros estudios..

En segundo semestre, nos cambiaron de grupo y ya no toqué con ninguna de mis dos primas, con Coco la relación era un poco mas distante, pero con Alma las cosas siguieron iguales aunque no estuvieramos en el mismo salón de clases..

En segundo semestre llegaron a mi grupo, tres chavos que venían de la prepa nice ( esa que mencioné y que a mi no me tocó ahí) venía algo así como expulsados, tenían un tipo bastante normal hasta que los conocías un poco y te podían caer rebien y reír a morir con ellos o detestarlos y mirarlos como apestados.. en mi salón en general pasó la segunda cosa con ellos, pero a mi la verdad me caían bien y resultaron sentados muy cerca de mi lugar, así que empezó mi convivencia con Andrés, Gabriel y Jorge.. chicos metaleros con los que encontré una gran empatía y de alguna rara forma, yo que no era para nada un personaje oscuro sino mas bien la típica niña seria y bien portada, fui adoptada por ellos y comenzó una etapa diferente para mi en la prepa, en la que si de por si tenía una renuencia a entrar a ciertas clases, con ellos al lado de plano para mi dichas clases dejaron de existir, nos pasábamos las mañanas en la cafetería, o platicando de música de nuestras bandas favoritas, ya sabes... lo chistoso era que aunque casi no asistíamos a esas clases, ninguno de los cuatro teníamos problemas académicos, el problema era el modo que los maestros te conceptuaban por la manera de vestir y comportarte y vaya creo que a mi por el simple hecho de andar con ellos muchos maestros me perdieron la fe.. tenían una idea equivocada de mi amistad con ellos.

Estos chicos solían traes camisetas negras y jeans de mezclilla, típica imagen de los chicos rebeldes de aquellos años, por mi parte tenía desde que había entrado a la prepa un serio problema con la ropa, como ahí el uniforme ya no se usaba, y en mi casa la situación no estaba nada desahogada, mi tía ( si mi tía de toda la vida que adoré con todo mi corazón), hizo lo que pudo y como no conseguía encontrar ropa de mi talla, me compraba telas y otra tía que no era una experta costurera me hacía una especie de costal de papas con los agujeros necesarios y ese era mi vestuario de todos los días, lo chistoso del asunto es que esas cosas a mi nunca me importaron, mas bien no me importaba, porque no sabía nada de nada, para mi esos vestidos de tela de 10 pesos estaban bien.. no era exigente en cuestiones de ropa y cosas así, pues tenía la idea de que me pusiera lo que me pusiera, todo se me veía mal, ni hablar de maquillajes, o zapatos..

Aún así mis amigos me aceptaban tal y como era, puedo decir que esa fué una de mis mejores épocas, sintiéndome parte de algo y totalmente correspondida en mis afectos..

Un día que estaba en clase de esas que francamente no me gustaban, empecé a sentirme realmente mal, un cólico de los mil diablos me hacía sudar frío y querer estar a millones de años luz de ahí, recuerdo que el maestro me vió algo distraida y me hizo una pregunta, tuve que pararme del asiento porque así me lo pidió el y eso, fué lo último que recuerdo.. después, estaban todos arremolinados a mi alrededor, me hablaban, me ponían alcohol, ya sabes todo típico de un desmayo, el maestro pidió que me llevaran a la dirección, un compañero tomó mis libros y me llevó hasta allá, después, me preguntó si quería que me llevara a mi casa, vagamente lo había visto en clases, era un chavo muy serio, nunca habíamos cruzado palabra, pero francamente el deseo de estar en mi casa acostada en mi cama, hizo que aceptara su ofrecimiento, me llevó a mi casa, en el camino se presentó, me dijo que se llamaba Martín.



martes, 10 de junio de 2008

Secundaria III

En tercer año, Sandra seguía buscándome de vez en cuando.. la verdad nunca dejé de juntarme con ella, pues nunca supo lo que yo sentía por Oscar, y por primera vez, al ya no estar tan cercana Tere, me confió a mi, que le gustaba un chavo que veía por las tardes en las clases de inglés, que según sus propias palabras, era mucho más guapo que Oscar y que ya estaba en prepa..

Cuando me dijo eso, en mi sentí un enojo extraño, por un lado podía estar contenta porque eso significaba que iba a mandar a volar a Oscar, pero por otro, me dolía que lo despreciara así cuando yo lo quería tanto.. en efecto, lo mandó a volar casi recién que entramos a clases, y si, adivinaron, Oscar volvió a buscarme para que le ayudara con Sandra, pensarán que esas son cosas de niños, pues en ese entonces tenía 14 años, pero es sin duda doloroso, escuchar a la persona que quieres, hablando todo el tiempo de su amor por otra persona y peor aún pidiéndote que le ayudes, cosa que por cariño, desde luego, hacía.

Casi todo el tercer año transcurrió de ese modo, en determinado momento sentía que a Sandra le gustaba la situación, y en ocasiones hacía como que volvía con él, pero nunca fué un regreso real, Sandra estaba deslumbrada con el otro chavo de sus clases de inglés.

Oscar volvió a pasar mucho tiempo conmigo, pero no era igual que antes, el tenía sus afectos puestos en otro lado, y yo era para él, no más que el único vínculo que le quedaba con su ex-novia.

Llegó la parte final de tercer año, ya saben, la ceremonia, esa donde entrabas caminando de la mano con un compañero, la verdad todo eso de la graduación fué un trago amargo para mi, pues ninguno de mis compañeros al parecer quería entrar conmigo tomado de la mano al salón; la maestra, que percibió el problema, fué discreta en el manejo del asunto y asignó al que creyó no tendría problema en acompañarme.. Oscar.

Ensayamos realmente poco, la única coreografía que ejecutaríamos consistía en entrar marcando un paso por parejas y dirigirnos así hasta los asientos que nos habían asignado..

Llegó el día de la graduación, las maestras habían acordado que usaríamos el horrible uniforme que las demás odiaban pero que yo para ese entonces adoraba.. nos formamos como lo habíamos ensayado, empezó la música y empezaron a moverse las primeras parejas, cuando tocó nuestro turno, Oscar empezó a avanzar sin tomarme de la mano... no lo iba a hacer delante de tanta gente, sentí su rechazo con todo mi corazón, avance sin saber que hacer con mi mano vacía, se me hizo eterno el camino desde la entrada hasta mi asiento, con la mirada de los padres sobre mi, no quería bailar! no quería sonreir! de hecho al tratar de sonreír, sentía que mi cara temblaba haciendo muecas extrañas, nada parecido a una sonrisa, mas bien, sentía unas ganas terribles de llorar y de querer salir huyendo de ahí..

En ese entonces mi mamá tenía una vecina que iba todos los días a la casa a platicar un rato con ella, y me pidió ser mi madrina, el día de la graduación me compró un ramo de rosas bien bonito.. y ahí estaba ella bien orgullosa de mi, sentada al lado de mi mamá, cuando llegué a mi lugar después del recorrido kilométrico ( o al menos así me lo pareció a mi) de repente ahí estaba ella, y me abrazó.. me dijo palabras de felicitación por la graduación, pero yo sabía que estaba ahí por otro motivo, seguramente vió mi cara de sufrimiento durante todo el trayecto a mi silla.

En ese instante, pidieron a los alumnos que recibiríamos un reconocimiento por nuestros logros académicos que pasaramos al frente a recibirlos y de ése modo pude escapar de ése lugar al lado del que por mucho tiempo consideré mi amigo, que por cierto, para ese entonces ya no le iba tan bien y no le tocó pasar a recibir nada.

Terminó mi graduación, mi etapa en secundaria, esa que me dejó un sabor agridulce, los triunfos académicos por un lado y el fracaso afectivo en todos los niveles por otro.

No volví a saber nada de Oscar, ni de Sandra, mucho menos de Tere.. pues a ellos les tocó en la prepa que todos queríamos, yo no supe irme el día que tocaba mi inscripción en la Uni, así que dí mil vueltas y llegué bien tarde a la inscripción y a pesar de llevar carta de primer lugar y mis calificaciones, me mandaron a la prepa que era considerada como de segunda... de segunda? para nada!!

Para esas fechas, había llegado a Monterrey uno de mis primos que viven fuera de la ciudad, venía también a estudiar la prepa, a el le tocó en la Alvaro Obregón y aunque no vivía tan cerca de casa, venía seguido por el rumbo y él vino a enseñarme un mundo que yo no conocía, un mundo en el que Menudo y Miguel Bosé no tenían cabida y así en ese verano, conocí a Ronnie James Dio, a Black Sabbath, a Judas Priest y a Iron Maiden y desde entonces, quedé atrapada por el género para toda la vida.


Secundaria II

Todo el año escolar Oscar y yo hicimos un muy buen equipo para trabajar, nos escogíamos el uno al otro para sacar adelante las tareas y experimentos que nos encargaban, por supuesto que en ese entonces yo era la niña mas feliz, pues pensaba que Oscar era diferente, que a él le gustaba yo tal y como era.

Así pasamos a segundo año, mi vida en la secundaria seguía transcurriendo entre mis amigas Sandra y Tere y en otros momentos con Oscar, no era la más popular pero me seguía yendo de lo mejor en mis clases, tenía dos amigas y a Oscar que era un chico inteligente con el que me reía todo el tiempo.

Un día Oscar me dijo algo en el recreo que me hizo sentir que podía tocar el cielo, me dijo que quería hablar de algo muy importante a la hora de la salida, podrán imaginar mi emoción, moría de miedo, pero al mismo tiempo, mi imaginación volaba a pensamientos de Oscar y de mi tomados de la mano, tal vez paseando en las tardes, tal vez un beso...

La hora de la salida llegó y Oscar me hizo una señal para que lo siguiera, mis manos me temblaban pero en mi cara había una felicidad que creo que hubiera podido iluminar una ciudad si fuera de noche, Oscar empezó a hablar..

"Diana, desde hace tiempo yo he estado sintiendo algo por una persona y creo que tu podrías ayudarme de algún modo..." En este punto se me hacía rara su manera de hablarme pero no dije nada ( gracias a Dios) y seguí escuchándolo..

"Puedes decir que no, si no estás de acuerdo pero si dices que si..." Yo no podía hablar, estaba emocionada y mi voz no hubiera salido aunque quisiera, creo que eso fué lo mejor que me pudo pasar..

"Diana quiero que me presentes a Sandra, que le hables de mi, me gusta mucho ella, está bien bonita, toma clases de inglés, toca la guitarra..."


Se imaginan lo que sentí en ese momento? no podía respirar, en ese mismo instante quería soltar el llanto, no podía ser!! porque le gustaba Sandra? Dios!! era mi amiga, y yo la quería, pero en ese preciso momento deseaba que desapareciera! quería decirle que Sandra tenía la cara llena de granos, que no le iba bien en sus clases, que se peinaba horrible, porqué le gustaba Sandra? porqué?

Lo único que atiné a decir, fué que si, que le ayudaría, que le iba a presentar a Sandra y le hablaría mucho de él... lo que fuí e hice tal como me lo había pedido, y al poco tiempo, Sandra y Oscar eran novios...

Eran una parejita feliz, que en el recreo de repente me juntaban pues ambos habían sido mis amigos, Tere se separó discretamente e inició su amistad con otro grupo de niñas y yo me quedé sin ninguno de los tres.
Incluso entonces veía que cuando Sandra buscaba mi compañía Oscar no tenía una buena cara, mas bien creo que deseaba que desapareciera para quedarse a solas con ella..a pesar de ser chica, no era tan tonta y aunque dolía, me separé de él... Terminé el segundo año prácticamente sola...

En segundo año, en la clase de tecnológicas, llevaba la clase de cocina, cosa que me agradaba mucho, en primero estuve sufriendo con las clases de corte, bien dicen que si no tienes el gusto por algo las cosas se tornan difíciles. Cuando comenzaron a darnos las clases de cocina, hice un diario que adorné con recortes y que procuraba escribir siempre con mi mejor letra, amé mis clases de cocina..

Un día decidí darle una sorpresa a mi papá, siempre llegaba cansado y se sentaba afuera en el patio a descansar un poco, tal vez tomar algo para refrescarse y luego tomar un baño. Todos los días le llevaba sus sandalias y su ropa para que se bañara, pero ese día lo tenía ya decidido, habíamos hecho un pan de plátano en la escuela y nos había quedado de lo mejor, así que me puse a preparlo para que estuviera listo cuando él llegara..

Me falló un poco el cálculo del tiempo y cuando llegó mi papá, apenas estaba sacando el pan del horno.. volteé a verlo con mi mejor sonrisa y le dije, mira lo que hice papi!. y el me contestó con una cara de enojo, que aún hoy, no he podido olvidar.. "Ya no comas! estás como una marrana!"

Y me dijo esa palabra.. esa que por mucho tiempo me ha perseguido, esa que no sólo él me ha dicho, pero si es la que más daño me ha hecho.. él por supuesto, no se acuerda.

Después del shock inicial, decidí que no quería que me siguieran llamando así, pero tampoco sabía que hacer para bajar de peso, no tenía la confianza con mi mamá para decirle lo que sentía, no sé explicarles como era la relación con ella, es mi mamá y siempre la quise, pero tenía un modo muy rudo y duro de decir las cosas, de algún modo, lo que yo decía, si estaba dicho por ella, era algo ridículo, tonto, o incluso sucio.

Vencí mi tremendo miedo a sus críticas y le pregunté que podía hacer para bajar de peso.. de inmediato empezo a reírse de un modo que a mi me dió mucha verguenza, porque inmediatamente le comentó a mi tía que estaba en la otra habitación que seguramente yo quería bajar de peso porque andaba (pongamos aquí una palabra muy vulgar que significa andar en celo como los animales) con algún compañero,y por supuesto, hasta ahí llegaron mis intenciones de hacer una dieta y bajar de peso...


Secundaria I

Cuando entré a la secundaria, mis compañeras empezaban a esbozar un cuerpo lleno de gracia y delicadeza, con pequeñas formas aquí y allá, yo por supuesto, no era una de ellas, recuerdo que cuando el busto empezó a hacer su aparición en mi cuerpo, de una manera muy ofensiva, alguien en mi familia me sugirió que usara un corpiño, me daba mucha verguenza preguntarle a mi mamá, y contarle lo que había sucedido, así que fuí con una tía y ella me dijo lo que era y me llevó a comprarme varios de ellos.

Me sentía muy incómoda usándolos, sentía que todo me apretaba, ahora además de la incomodidad que sentía por fuera, estaba aquella que llevaba por debajo de la ropa, supongo que a todas nos pasaría igual, no lo sé..

Fué en medio de esas luchas con mi ropa que en la secundaria nos obligaron a usar todos los días el uniforme, era un uniforme feo, pero tenía algo a mi favor.. tenía un horrible chaleco que cubría la mitad del cuerpo, eso casi mata de un coraje a mis compañeras pues el usar algo tan desfavorecedor les impediría mostrar sus encantos, bueno, al menos lo hizo por un tiempo, ellas se dieron habilidades para que aunque el uniforme fuera algo realmente horrible, en ellas se viera bien.

Conforme pasaban los meses, veía como mis compañeras e incluso mis amigas ( Sandra y Tere) cuchicheaban en el recreo y sentía que algo no me decían, (imagino que me consideraban demasiado boba para compartirme sus pláticas sobre chicos) cuando estaba con ellas, hablábamos de las clases de inglés de Sandra, de sus clases de música, y de todas las cosas que ellas dos hacían por las tardes.

Mi familia no era de ninguna manera acomodada, tener una aspiración a clases de inglés o alguna cosa por el estilo, era francamente un sueño que yo sabía que no podría realizar.

Me dedicaba con ahínco a la escuela y así llegó la primera entrega de calificaciones, vi mi nombre escrito en el pizarrón diciendo que yo tenía el primer lugar de mi salón, yo era dedicada en la primaria pero nunca como me volví en la secundaria, en la primaria jugaba mucho, me distraía, en la secundaria no pasaba nada de eso, además que siendo sincera, me gustaban las clases, me resultaban interesantes y aunque parezca increíble, me quedaba con ganas de más cuando sonaba el timbre de salida.

Esas ganas de que las clases no terminaran nunca, aumentaron cuando empezó a hablar conmigo un compañero de nombre Oscar, la verdad no era muy guapo pero era de esos que van con el uniforme muy bien acicalado, hablaba pausadamente, tenía una linda voz, recuerdo que me gustaba cuando me preguntaba alguna cosa con esa manera de hablar tan quedo, yo me quedaba hipnotizada, y como podrán imaginar, bastó un poco de tiempo para que sintiera por primera vez esa emoción en el estómago cada vez que el se sentaba en el pupitre al lado mío, Oscar...


domingo, 8 de junio de 2008

Inicio

Comenzaré por contarles que provengo de una familia numerosa donde soy la hija mayor.. mi padre obrero, mi madre ama de casa, nada fuera de lo común, tuve una infancia feliz, crecí creo de manera normal y mi vida parecía que iba viento en popa, hasta que cumplí los 11 años.. no sé que diablos pasó que de ser una niña a que el apodo de varita de nardo le sentaba a la perfección pasé a convertirme en un globo aerostático.

La ropa empezó a apretar y yo me preocupé mucho, pues no estaba haciendo nada diferente de lo que normalmente hacía, mi madre me dijo que seguramente eran cambios propios de la edad, pero que con el tiempo mi metabolismo volvería a ser el de siempre y se acabaría el problema.

Eso por supuesto fueron solo deseos, cada día que pasaba me veía en el espejo y veía como mis cachetes se ponían cada vez mas grandes, se me borró la sonrisa que siempre tenía en la cara, me empecé a poner ropa que me compró mi mama y sentía que esa ropa no era la mía, esos pantalones de piernas tan grandes, me veía realmente mal...

Aunado a los cambios hormonales que mencionaba, estaba el cambio de escuela, el entrar a la secundaria, si la primaria fué un lugar difícil el último año por los diversos apodos que empezaron a ponerme, la secundaria tal vez no lo fué en ese sentido.. pero si lo fué en otro que creo marcó el como sería mi vida de ahí en adelante..

En las vacaciones antes de entrar a la secundaria, ocurrió un suceso que marcó mi vida para siempre, pero creo que eso le daremos un trato aparte.