martes, 10 de junio de 2008

Secundaria I

Cuando entré a la secundaria, mis compañeras empezaban a esbozar un cuerpo lleno de gracia y delicadeza, con pequeñas formas aquí y allá, yo por supuesto, no era una de ellas, recuerdo que cuando el busto empezó a hacer su aparición en mi cuerpo, de una manera muy ofensiva, alguien en mi familia me sugirió que usara un corpiño, me daba mucha verguenza preguntarle a mi mamá, y contarle lo que había sucedido, así que fuí con una tía y ella me dijo lo que era y me llevó a comprarme varios de ellos.

Me sentía muy incómoda usándolos, sentía que todo me apretaba, ahora además de la incomodidad que sentía por fuera, estaba aquella que llevaba por debajo de la ropa, supongo que a todas nos pasaría igual, no lo sé..

Fué en medio de esas luchas con mi ropa que en la secundaria nos obligaron a usar todos los días el uniforme, era un uniforme feo, pero tenía algo a mi favor.. tenía un horrible chaleco que cubría la mitad del cuerpo, eso casi mata de un coraje a mis compañeras pues el usar algo tan desfavorecedor les impediría mostrar sus encantos, bueno, al menos lo hizo por un tiempo, ellas se dieron habilidades para que aunque el uniforme fuera algo realmente horrible, en ellas se viera bien.

Conforme pasaban los meses, veía como mis compañeras e incluso mis amigas ( Sandra y Tere) cuchicheaban en el recreo y sentía que algo no me decían, (imagino que me consideraban demasiado boba para compartirme sus pláticas sobre chicos) cuando estaba con ellas, hablábamos de las clases de inglés de Sandra, de sus clases de música, y de todas las cosas que ellas dos hacían por las tardes.

Mi familia no era de ninguna manera acomodada, tener una aspiración a clases de inglés o alguna cosa por el estilo, era francamente un sueño que yo sabía que no podría realizar.

Me dedicaba con ahínco a la escuela y así llegó la primera entrega de calificaciones, vi mi nombre escrito en el pizarrón diciendo que yo tenía el primer lugar de mi salón, yo era dedicada en la primaria pero nunca como me volví en la secundaria, en la primaria jugaba mucho, me distraía, en la secundaria no pasaba nada de eso, además que siendo sincera, me gustaban las clases, me resultaban interesantes y aunque parezca increíble, me quedaba con ganas de más cuando sonaba el timbre de salida.

Esas ganas de que las clases no terminaran nunca, aumentaron cuando empezó a hablar conmigo un compañero de nombre Oscar, la verdad no era muy guapo pero era de esos que van con el uniforme muy bien acicalado, hablaba pausadamente, tenía una linda voz, recuerdo que me gustaba cuando me preguntaba alguna cosa con esa manera de hablar tan quedo, yo me quedaba hipnotizada, y como podrán imaginar, bastó un poco de tiempo para que sintiera por primera vez esa emoción en el estómago cada vez que el se sentaba en el pupitre al lado mío, Oscar...


1 comentario:

blackeagle-italiano dijo...

Pues si, no es nada sencillo esos cambios que se van dando al ir pasando el tiempo, lo que si, es que se va uno acostumbrando!!
Entonces resulta que eras muy buena, eso de obtener el primer lugar no es nada facil, superar a uno se complica, ahora a todo un salón uuuff!!
Y pues llego el amor con Oscar jejeje, espero el proximo post!!

*Oye, ya cumpli tu petición, ya hay libro y pelicula, las dos cosas en un solo post!!